No obstante, los distribuidores, manuales o electr�nicos, podr�n mantenerse en la propia mesa siempre que, provistos de llave, precinto sellado o cualquier otro sistema de cierre, finalizada la sesi�n permanezcan conveniente cerrados.
Su distribuci�n a las diferentes mesas la realiza el director de Juegos o empleado responsable al comienzo de cada sesi�n, procurando evitar que los mismos distribuidores se destinen sistem�ticamente a las mismas mesas. El Jefe de mesa: Le corresponde supervisar el juego y resolver los problemas que durante el transcurso del mismo se le presenten, funciones que se llevar�n a cabo sobre cada una de las mesas.
El crupier: Es el que dirige la partida, teniendo como misi�n la mezcla de las cartas, su distribuci�n a los jugadores, retirar las posturas perdedoras y pagar las que resulten ganadoras. El crupier podr� disponer de una banqueta o silla adecuada a su actividad. Cada �mano� de un jugador ser� considerada individualmente y seguir� el orden normal de distribuci�n y petici�n de cartas.
Cuando se hayan efectuado todas las apuestas el crupier distribuir� un naipe a cada �mano�, comenzando por su izquierda y siguiendo el sentido de las agujas del reloj, y d�ndose �l mismo otro naipe.
Seguidamente, preguntar� a los jugadores que tienen la �mano� si desean naipes adicionales. Cada jugador podr� rehusar o pedir naipes complementarios, uno por uno, hasta que lo crea oportuno, pero en ning�n caso podr� pedir naipes suplementarios si ha obtenido ya una puntuaci�n de 21 o m�s.
Cuando una �mano� obtenga una puntuaci�n superior a 21, perder�, y el crupier recoger� inmediatamente su apuesta y los naipes antes de pasar a la �mano� siguiente.
Cuando los jugadores hayan hecho su juego, el crupier se dar� a s� mismo una o varias cartas. Al llegar a 17 puntos deber� plantarse, no pudiendo tomar naipes suplementarios. En caso contrario, deber� pedir otros naipes hasta que el total de su puntuaci�n alcance 17 o m�s.
Cuando tenga un as entre sus cartas, deber� contarlo como once puntos si con este valor alcanza 17 o m�s y siempre que no cuente con �l m�s de 21 puntos, en cuyo caso, se tomar� el valor de un punto.
No obstante, si todos los jugadores se hubieran pasado, el crupier no necesitar� tomar m�s cartas. El crupier, despu�s de anunciar su puntuaci�n, proceder� a recoger las apuestas perdedoras y a pagar las ganadoras de derecha a izquierda.
Ir� entonces recogiendo las cartas y coloc�ndolas con las caras hacia abajo en un recipiente destinado para este fin, apartando las suyas en �ltimo lugar. Si el banquero se hubiera pasado de 21 puntos pagar� todas las apuestas que a�n est�n sobre el tapete.
Si no tuviera 21 puntos, recoger� las apuestas de las �manos� que tengan una puntuaci�n interior a la suya y pagar� a aquellas que la tengan superior. Las �manos� que hayan obtenido una puntuaci�n igual a la del banquero ser�n nulas, pudiendo sus titulares retirar sus apuestas una vez hayan sido recogidas sus cartas.
Los pagos se har�n a la par, es decir, por la misma cantidad de la apuesta, pero si un jugador hiciera un Blackjack, que consiste en alcanzar 21 puntos con s�lo los dos primeros naipes, se le pagar� siempre en raz�n de tres por dos.
El Blackjack ganar� siempre a la puntuaci�n de 21 obtenida con m�s de dos cartas. Cuando el primer naipe del crupier sea un as, los jugadores que tengan Blackjack podr�n solicitar el pago a la par, finalizando con esto su jugada, o asegurarse contra el posible Blackjack de la banca.
El crupier propondr� este seguro al conjunto de jugadores y antes de dar la tercera carta al primer jugador que la pida.
A partir de este momento, nadie podr� asegurarse. El jugador que se asegure depositar� sobre la l�nea 'seguro�, situada enfrente de su puesto, una cantidad como m�ximo igual a la mitad de su apuesta primitiva.
Si el crupier sacara entonces un diez, es decir, si realizase un Blackjack, recoger� las apuestas que pierden y pagar� los seguros a raz�n de dos por uno. Si no realizara Blackjack recoger� los seguros y cobrar� o pagar� las otras apuestas como en el juego simple. Cuando un jugador recibe las dos primeras cartas del mismo valor, podr� jugar �a dos manos�.
Si utilizase esta posibilidad deber� hacer una apuesta igual a la suya inicial en la otra carta. Estas dos cartas y estas dos apuestas ser�n consideradas entonces como �manos� separadas e independientes, teniendo cada una su valor y destino propios.
Podr�, por tanto, formar tantas �manos� como sea el n�mero de cartas de igual valor que reciba, a excepci�n de que sean ases, hasta un m�ximo de seis pares por cada mano inicial.
El jugador se plantar�, pedir� cartas y jugar� en las mismas condiciones que en el juego simple, empezando por la �mano� m�s a su derecha antes de pasar a la siguiente.
Si formase un nuevo par, podr� de nuevo separarlo y depositar otra apuesta igual. Cuando un jugador separa un par de ases, no se le permitir� pedir m�s que un s�lo naipe por cada as que ha formado una nueva �mano�.
Si un jugador separa un par de ases o un par de cartas que valgan 10 puntos cada una y la siguiente fuese un as, esta jugada no ser� considerada como Blackjack, y se le pagar� solamente una vez su apuesta.
Cuando el jugador obtuviera 9, 10 u 11 puntos con los dos primeros naipes, o un 8 y un as, o un 9 y un as, podr� doblar su apuesta. En este caso, no tendr� derecho m�s que a un solo naipe suplementario, siendo el valor del as inicial de un punto.
La doble apuesta estar� autorizada para todas las �manos� comprendidos los pares. En el supuesto indicado el crupier advertir� expresamente al jugador que el valor del as es de un punto. Tambi�n podr� doblar con cualquier combinaci�n de las dos primeras cartas, con obligaci�n por parte del croupier de anunciar la posibilidad de doblar cuando el jugador tenga 9, 10, u P�rrafo de la letra d del apartado Con independencia de las posibilidades de juego anteriormente relacionadas el Casino podr� poner en uso la modalidad de suerte simple para �menor o mayor de 13�.
Consiste en una apuesta opcional e independiente en la que el jugador apuesta sobre si el total de puntos de sus dos primeros naipes, siendo siempre uno el valor de as, es inferior o superior a 13, perdi�ndose la postura en ambos casos para un total igual a Los pagos se har�n a la par, es decir, por la misma cantidad de la apuesta colocada en los espacios habilitados para �mayor� o �menor�, pudiendo ser �sta cualquier cantidad dentro del limite m�nimo y m�ximo operativo en la mesa.
f El retiro. El jugador podr� desistir de su jugada perdiendo la mitad del importe de su apuesta excepto cuando la carta descubierta de la banca sea un As y, en todo caso, siempre antes de dar la tercera carta del primer jugador que la solicite. La Conseller�a competente en materia de juego podr� autorizar para este tipo de juego las denominadas apuestas especiales acumuladas o �bonus� para la obtenci�n de premios especiales en dinero, o su equivalente en especie, con relaci�n a combinaciones especiales de naipes obtenidas por parte de los jugadores dentro de sus manos en el curso de las partidas ordinarias y tambi�n entre varias mesas de Blackjack.
As� mismo, se podr�n autorizar apuestas adicionales e independientes para los jugadores, llamada �progresivos�, cuyo objetivo es conseguir un premio especial que depende solamente de la jugada que obtenga el jugador y del importe acumulado por el progresivo en aquel momento, previa la deducci�n autorizada a favor del establecimiento.
Para jugar al progresivo, cada jugador debe depositar una cantidad estipulada en la ranura con contador destinada a esta finalidad. Asimismo, puede existir un progresivo com�n a varias mesas. El desarrollo de esta modalidad de juego ha de estar expuesta en un lugar visible de la mesa y debe indicar las combinaciones que comportan premio y su importe.
El importe de la apuesta del progresivo no puede ser superior a la mitad de la apuesta m�nima de la mesa. Las apuestas de los jugadores, exclusivamente representadas por fichas, deben realizarse, dentro de los l�mites del m�nimo y m�ximo por casilla antes de distribuir las cartas.
El m�ximo se entiende por �mano� y puede ser sobrepasado en el supuesto de un jugador sentado, titular de varias �manos� de otros jugadores. Despu�s del mismo, el crupier colocar� un separador de muestra o de bloqueo, a fin de dejar como reserva una cantidad de cartas equivalente, como m�nimo, a un juego.
A continuaci�n se introducir�n las cartas en el distribuidor o sabot. Si se utiliza el procedimiento de mezcla autom�tica de naipes, el crupier los introducir� en el distribuidor autom�tico para su mezcla y distribuci�n en proceso continuo.
Las cartas se distribuir�n siempre con las caras hacia arriba. Cuando aparezca el separador, el crupier debe ense�arlo al p�blico y anunciar� que la jugada que est� realizando es la �ltima de la talla. Si apareciera una carta con la cara hacia arriba en el distribuidor, se eliminar�.
La bola o boule es un juego de azar, de los denominados de contrapartida, en el que los participantes juegan contra el establecimiento organizador, dependiendo la posibilidad de ganar, igual que en la ruleta, del movimiento de una bola que se mueve dentro de una plataforma circular.
El juego de la bola se practica en una mesa, en cuyo centro se encuentra la plataforma circular y, a sus lados, dos pa�os destinados a recibir las apuestas. Tambi�n puede incluir un solo pa�o. La mencionada plataforma consiste en un plato circular de 1,50 metros de di�metro inserto en un cuadro de 1,85 metros de lado.
En el centro presenta un saliente alrededor del cual se distribuyen dos filas, con dieciocho orificios, y con la numeraci�n del 1 al 9, en uno de los cuales vendr� a caer la bola de caucho indicando el n�mero ganador.
De ellos, los orificios con los n�meros 1, 3, 6 y 8 son de color negro, y de color rojo los n�meros 2, 4, 7 y 9, siendo amarillo, o de otro color, pero nunca rojo o negro, el n�mero 5. Los pa�os de juego son id�nticos y est�n divididos en un determinado n�mero de casillas, que corresponden a las diversas combinaciones posibles.
El jugador puede elegir entre las suertes m�ltiples o sencillas, que consisten en realizar la apuesta sobre par o impar n�meros pares o impares , rojo o negro n�meros rojos o negros , pasa n�meros superiores al 5 , y falta n�meros inferiores al 5.
El n�mero 5 no figura en ninguna de tales combinaciones, ocupa la casilla central del tablero y puede ser jugado como cualquier otro n�mero, pero no es ni rojo ni negro y est� excluido de la serie impar, pasa o falta.
El m�nimo de apuestas viene fijado en la autorizaci�n concedida por la Subsecretar�a de la Conseller�a competente en materia de juego. Sin embargo, el director responsable del establecimiento puede abrir los pa�os con una apuesta m�nima igual a dos veces la autorizada, siempre que aquel m�nimo sea mantenido, al menos, en un pa�o, durante todo el tiempo en que permanezca abierto dicho establecimiento.
El m�ximo de apuestas vendr� fijado en la autorizaci�n. Para las apuestas sobre un n�mero entero, no podr� ser inferior a cuarenta veces, ni superior a cien veces el m�nimo autorizado; y para las suertes sencillas no podr� ser inferior a doscientas veces ni superior a quinientas veces dicho n�mero.
Este m�ximo se aplica, por mesa, a cada jugador considerado aisladamente. Por ello, el establecimiento no puede fijar un m�ximo para el conjunto de apuestas que pertenezcan a jugadores diferentes y colocados sobre un n�mero entero o sobre una suerte sencilla. Las apuestas se realizan por los jugadores a partir del momento en que el jefe de la partida anuncia �hagan sus apuestas�.
Estas son colocadas, en forma de fichas, en una de las casillas del tablero escogido por el jugador. A continuaci�n la bola es lanzada por el crupier a lo largo del borde exterior del plato circular, en el que dar� numerosas vueltas antes de abordar la zona de los orificios.
Es en este momento cuando el crupier pregunta ��est�n hechas las apuestas? Seguidamente se anuncia �no va m�s�. Desde entonces toda apuesta depositada tras este aviso es rechazada y el crupier devuelve las fichas al apostante tard�o con su rastrillo o raqueta. Una vez que la bola queda inmovilizada en un orificio, el lanzador de la bola anuncia el resultado, diciendo en alta voz el n�mero ganador y las suertes sencillas.
El crupier recoge entonces, con su rastrillo, todas las apuestas perdedoras, dejando sobre la mesa las apuestas ganadoras, a las que �l a�ade la ganancia. El jugador que gana recupera, en todos los casos, su apuesta y puede retirarla del juego. El treinta y cuarenta es un juego de azar de los denominados de contrapartida, practicado con naipes, en el que los participantes juegan contra el establecimiento, existiendo varias combinaciones ganadoras.
Al treinta y cuarenta se juega con seis barajas, de las denominadas francesas, de 52 cartas cada una, todas de un mismo color, sin �ndices. Las figuras valen diez puntos, el as un punto y las otras cartas su valor nominal.
Tendr� forma de escudo, dividido en cuatro casillas, dos de ellas de mayor tama�o, que corresponder�n al �rojo� y �negro�: ambas estar�n separadas por una banda central que contendr� el 'color', situ�ndose m�s abajo una casilla en forma triangular para el inverso.
En la parte opuesta se situar� el jefe de mesa, coloc�ndose a ambos lados de �ste los dos crupieres. Delante y a la izquierda del crupier tallador existir� una ranura en la que se depositar�n las cartas usadas y enfrente de los dos crupieres la caja que contiene la banca de la mesa.
Crupieres: existir�n dos, situados uno frente a otro. Uno de ellos, el crupier tallador, tendr� como misi�n el reparto de las cartas y el otro el pago de las apuestas ganadoras y la retirada de las posturas perdedoras.
Se han de formar dos filas desplazadas de cartas, la de arriba denominada �negra� y la de abajo �roja�. Se distribuir�n cartas hasta que se obtenga por cada fila una puntuaci�n comprendida entre treinta y cuarenta. Los jugadores no pueden hacer uso m�s que de las combinaciones siguientes, por las que ellos reciben el equivalente de su apuesta:.
Cuando dos filas de cartas forman el mismo punto, el juego es nulo salvo que dicho punto sea En este caso rigen las mismas disposiciones que regulan el sistema del cero en la ruleta.
Las apuestas iguales o superiores, mediante el dep�sito de 1 por del importe de la apuesta efectuado en el momento de la postura; a este efecto se situar� una se�al o placa sobre la postura al realizar �sta.
El m�nimo y el m�ximo de las apuestas viene determinado en la autorizaci�n concedida por la Subsecretar�a de la Conseller�a competente en materia de juego. Una vez realizada la operaci�n de mezclar las cartas por el crupier, se proceder� por parte del jugador m�s pr�ximo a la derecha de �ste al corte de las mismas.
Acto seguido el crupier coloca una carta roja delante de las cinco �ltimas cartas del mazo. La aparici�n de esta carta roja determina la anulaci�n del juego en curso, procedi�ndose a poner en la mesa y boca abajo las cinco �ltimas cartas, as� como al recuento de las mismas.
Despu�s de ser introducidas las cartas en el sabot se realiza, en forma descubierta, la colocaci�n de �stas sobre la mesa, que comenzar� necesariamente por la fila negra.
Cuando el total alcance o sobrepase los 31 puntos, se iniciar� la colocaci�n de cartas en la fila roja. A continuaci�n el crupier anuncia en voz alta la puntuaci�n de cada fila y las suertes ganadoras por ejemplo: dos negro y color ganan o negro e inverso ganan y lo mismo empezando por el rojo, es decir, dos rojo y color ganan o negro e inverso, el crupier anunciar� tambi�n color gana o color pierde.
Acto seguido, se proceder� al pago de las apuestas ganadoras, operaci�n que se realizar� obligatoriamente suerte por suerte, comenzando siempre por color o inverso y despu�s negro y rojo, y por las apuestas m�s alejadas del crupier.
S�lo despu�s de haber sido retiradas las posturas perdedoras podr� procederse al pago de las apuestas ganadoras. Las cartas habr�n de permanecer sobre la mesa durante todo el tiempo que dure la retirada y pago de las apuestas, de forma que los jugadores puedan verificar las puntuaciones de los distintos juegos.
El punto y banca es un juego de contrapartida practicado con naipes que enfrenta a varios jugadores entre s�, pudiendo el resto de aquellos apostar tanto a favor de la banca como contra ella.
Corresponde en todo caso al establecimiento el ejercicio de la banca. Al punto y banca en todas sus modalidades se juega con seis barajas debidamente homologadas de las denominadas francesas, de 52 cartas cada una, con �ndices grandes o peque�os y tama�o, autorizados expresamente para el Casino por la Subsecretar�a de la Conseller�a competente en materia de juego, de 57 x 88 � 62,5 x 88 mil�metros, siendo la mitad de un color y la otra mitad de otro.
Los naipes podr�n ser usados varias veces, siempre y cuando se encuentren en perfecto estado. Ser� de forma ovalada, con dos cortes o hendiduras situadas una enfrente a otra en los lados mayores de la mesa, destinados a acoger al jefe de mesa y a los tres crupieres, respectivamente.
El tapete tendr� una serie de departamentos separados y numerados a partir de la derecha del jefe de mesa, que llevar� el n�mero uno. La numeraci�n ser� correlativa, si bien podr� eliminarse el n�mero Cada departamento puede dar acogida a un jugador sentado y en �l se diferencian igual n�mero de casillas destinadas a recibir las apuestas hechas a favor de �banca�, a favor de �punto� y a favor de la �igualdad�.
Su numeraci�n se corresponder� con la de los departamentos de los jugadores. La superficie central del tapete ha de contener las siguientes aberturas: Una destinada a recibir las cartas usadas, llamada cesta; otra u otras dos para las propinas que se den a los empleados, y otra para introducir los billetes que se cambien por fichas o placas.
Asimismo existir� una casilla situada en el centro del tapete para recoger las apuestas a favor de empate. Le corresponde la direcci�n y supervisi�n del juego en todas sus fases, resolviendo los problemas que durante el transcurso del mismo se le presenten.
Tambi�n llevar� una lista en que se determine el orden de prioridad para cubrir plazas que queden vacantes. En la modalidad de juego para catorce jugadores cada mesa de juego tendr� afecto un jefe de mesa. En la modalidad de juego para catorce jugadores cada mesa tendr� afectos tres crupieres, si bien la Direcci�n de Juegos podr�, en funci�n de las circunstancias de la partida, eximir la presencia en mesa de uno de ellos, siendo los responsables de las apuestas de sus respectivos lados de la mesa, as� como de la recogida de apuestas perdedoras y del pago de las apuestas ganadoras.
Les corresponde tambi�n la mezcla de las cartas, su introducci�n en el sabot y en la cesta, una vez usadas. Asimismo, recoger�n la deducci�n que en beneficio del establecimiento haya que hacer, recibir�n las propinas y las introducir�n en la ranura destinada al efecto.
Anunciar�n el comienzo de cada jugada y de la mano ganadora, e informar�n a los jugadores sobre las reglas a seguir en cada caso. Asimismo, pasar�n el sabot, recoger�n los naipes al final de cada jugada y comprobar�n el estado de los mismos.
En las modalidades de juego en mesa reducida cada mesa tendr� afecto un �nico crupier. A �l le corresponde dirigir la partida en todas sus fases, teniendo como misi�n la mezcla de las cartas, su introducci�n en el sabot y distribuci�n, siendo la primera y la tercera para Punto y la segunda y la cuarta para Banca, procediendo a extraer una carta adicional para el Punto o la Banca siguiendo las reglas de la tercera carta.
Una vez recogidas las apuestas perdedoras y pagadas las ganadoras, previa deducci�n del beneficio del establecimiento, las cartas ser�n retiradas con las caras hacia abajo y depositadas en un recipiente destinado para este fin.
Podr�n participar en el juego los jugadores sentados frente a los departamentos numerados, y a opci�n de la Direcci�n del Casino, aquellos jugadores que permanezcan de pie.
Para la distribuci�n de las cartas se establece un turno rotatorio a partir del situado frente a su departamento n�mero uno. Si alg�n jugador no quiere realizar la distribuci�n se pasar� el sabot al jugador que est� situado a su derecha o bien podr� realizarse la distribuci�n por el propio crupier.
El jugador que distribuye las cartas juega la �mano� de la banca; la �mano� del jugador corresponder� a aquel que haya realizado la apuesta m�s elevada; de no haber apuestas a favor de la �mano� del jugador, tendr� las cartas el crupier.
Se perder� el derecho a distribuir las cartas cuando la banca pierda la jugada, pasando el sabot al jugador correspondiente, de acuerdo con el turno establecido. El establecimiento se constituye en banca y le corresponder� el cobro y pago de las apuestas seg�n las siguientes opciones:.
El m�nimo de las posturas podr� ser distintas para cada mesa, no pudiendo en ning�n caso ser inferior al m�nimo autorizado por la Subsecretar�a de la Conseller�a competente en materia de juego. El m�ximo de las apuestas ser� fijado para cada mesa en 20, 50 � veces el m�nimo, pudiendo determinar la Direcci�n del Casino que las apuestas sean m�ltiplos del m�nimo de la mesa.
El �punto� y la �banca� reciben inicialmente dos cartas. El valor del juego depende de los puntos adjudicados a cada carta, que son los que lleva inscritos, salvo el 10 y las figuras, que no tienen ning�n valor num�rico, y el as, que vale un punto.
En la suma de los puntos se desprecian las decenas y s�lo tiene valor, a efectos del juego, la cifra de unidades. Ganar� aquel cuya puntuaci�n sea de nueve o est� m�s pr�xima a dicha cifra.
En caso de empate, la jugada ser� considerada nula y las apuestas podr�n ser retiradas, a excepci�n de las efectuadas a �empate�, que cobrar�n del establecimiento su ganancia, a raz�n de ocho a uno.
Recibidas las dos primeras cartas por la �mano� del punto y la �mano� de la banca, si la puntuaci�n de alguna de �stas es 8 � 9, el juego se da por finalizado, no pudiendo la otra �mano� solicitar una tercera carta.
Realizadas las operaciones de recuento, mezcla y corte del mazo, se colocar� en su interior una carta bloqueo o carta de detenci�n de un color que permita diferenciarla de las dem�s, cuidando de que por debajo de ella queden siete cartas. La aparici�n de la carta de detenci�n determinar� el final de la partida y no se podr� realizar ninguna jugada m�s, salvo la que se est� llevando a cabo en ese momento.
A continuaci�n el crupier extrae una primera carta y la descubre. El valor de aqu�lla determinar� el n�mero de cartas que ser�n inutilizadas e introducidas en la cesta.
Para este caso concreto, el valor de las figuras y los dieces ser� de diez puntos. La orden del crupier �no va m�s� y a continuaci�n �cartas�, est� dirigida al jugador que tiene el sabot para que �ste reparta dos cartas, boca abajo, a cada �mano�.
La primera y tercera cartas que corresponden a la �mano� del jugador son trasladadas al crupier, qued�ndose la segunda carta y cuarta carta que corresponden a la banca, bajo la esquina frontal derecha del sabot.
Acto seguido, son trasladadas las cartas de la �mano� del jugador, se entregan a aquel que realiz� la mayor apuesta a favor de dicha �mano�, quien las mostrar� devolvi�ndolas a continuaci�n al crupier que anunciar� la puntuaci�n total y las colocar� a su derecha. Asimismo, el jugador que distribuye las cartas las descubre y las traslada al crupier.
Este anuncia el punto total para las dos cartas y las coloca a su izquierda. El jugador podr� rehusar �saludar� una sola vez por partida o sabot.
El jugador que durante dos veces consecutivas reh�se tomar la mano deber� abandonar su plaza en la mesa de juego. Cuando de acuerdo con las reglas establecidas, el jugador haya de plantarse, el crupier anunciar�: �El jugador se planta punto total �; en caso contrario, dir� en alta voz: �Carta para el jugador�.
Iguales reglas son aplicadas a la �mano� de la banca. Finalizada la jugada, el crupier anunciar� la �mano� con la m�s alta puntuaci�n, que ser� la ganadora, procedi�ndose a continuaci�n al pago de las apuestas ganadoras y a la deducci�n, en su caso, del beneficio del establecimiento.
El bacar�-ferrocarril, conocido tambi�n como chemin de fer, es un juego de cartas de los denominados de c�rculo que enfrenta a varios jugadores entre s�, teniendo uno de ellos la banca y pudiendo apostar contra �sta todos los jugadores que se hallan sentados y los que se encuentren detr�s de �stos de pie.
Se utilizar�n seis barajas, de 52 cartas, de las denominadas francesas, sin �ndices, la mitad de ellas de un color y la otra mitad de color distinto. Los naipes pueden ser usados varias veces y no habr�n de ser sustituidos por otros, siempre y cuando se encuentren en perfecto estado.
En lo que se refiere a las caracter�sticas que han de reunir las cartas, la forma de ser barajadas y manejadas durante el juego, se estar� a lo dispuesto en el Reglamento de Casinos de Juego.
Ser� de forma ovalada, con un ligero corte o hendidura en uno de sus lados mayores, que indica la posici�n del crupier. El tapete ha de tener una serie de departamentos separados y numerados a partir de la derecha del crupier. Cada departamento puede dar acogida a un solo jugador. La superficie central del tapete ha de contener las siguientes aberturas o ranuras: Una en el centro, donde se introducir�n las cartas usadas, tambi�n llamada cesta; otra a la derecha del crupier, para las deducciones en beneficio de la casa, llamada pozo o cagnotte, y una �ltima, o dos en su caso, para propinas.
La cantidad que constituye la banca estar� situada frente al crupier a su izquierda, situ�ndose a la derecha del mismo las ganancias del banquero que no constituyan la banca es decir, el garage las que el crupier no ha puesto en juego.
Cada mesa de juego tendr� permanentemente a su servicio un Jefe de mesa, un crupier y un cambista empleado de cambios. Es el responsable del desarrollo correcto del juego. Act�a como delegado de la Direcci�n y le corresponde resolver cualquier conflicto planteado en la mesa del juego.
Llevar� una relaci�n de jugadores que aspiren a ocupar plazas que puedan quedarse vacantes. Sin perjuicio de las funciones que a lo largo del presente ep�grafe del Cat�logo se le atribuyen, tendr� encomendadas las siguientes: Recuento, mezcla e introducci�n de las cartas en el sabot; traslado de las cartas a los jugadores por medio de su pala, anuncio en voz alta de las distintas frases del juego y actuaciones de los jugadores; c�lculo e ingreso de la cantidad que corresponda al pozo en la ranura correspondiente, introducci�n de las cartas usadas y de las propinas en las ranuras destinadas al efecto.
Asimismo, le corresponde la custodia y control de la suma que constituye la banca y el pago de las ganancias a los jugadores. Tambi�n orientar a los jugadores que lo soliciten sobre las reglas aplicables en cada caso. Situado de pie frente o detr�s del crupier, tiene por misi�n efectuar el cambio de dinero por fichas a los jugadores que lo soliciten, as� como al crupier.
Adem�s existir�n servidores auxiliares en n�mero no superior a uno por cuatro mesas o fracci�n. No podr�n intervenir en todo cuanto se relacione con el desarrollo del juego, las cartas o las fichas.
Frente a cada uno de los departamentos de la mesa, podr� sentarse un jugador. La superficie de los departamentos podr� ser utilizada para depositar las fichas y manejar, en su caso, las cartas.
Tambi�n podr�n participar en el juego cuantos jugadores lo deseen, situ�ndose de pie alrededor de la mesa y detr�s de los que se hallen sentados. A todos los efectos se establece el siguiente orden de prioridad entre los jugadores: Los jugadores sentados sobre los que est�n de pie; entre los primeros se seguir� la numeraci�n correlativa de los departamentos a partir del que se halle situado a la derecha del banquero.
Entre los que est�n de pie se seguir� el mismo orden de prioridades que entre los sentados. El jugador sentado que cambia de sitio durante una talla est� obligado a dejar pasar la �mano� -saludar�-; adem�s, no puede ejercer su derecho de prioridad para adquirir la �mano� pasada, es decir, coger la banca, o para hacer banco hasta que no haya �saludado�.
Lo mismo ocurrir� cuando un jugador ocupe una plaza vacante durante la distribuci�n de un sabot. Si el cambio de asiento o la llegada de un nuevo jugador se hace al finalizar la talla, el orden de prioridades permanecer� intacto.
En ning�n caso puede un jugador ocupar plaza de asiento en varias mesas de juego simult�neamente. La ocupaci�n de plazas vacantes se har� de la forma siguiente: tendr�n prioridad, durante la talla, los inscritos en la lista de espera en poder del jefe de mesa, una vez concluida �sta los jugadores sentados que hayan solicitado cambio de plaza.
Est� prohibido a los jugadores de pie desplazarse de sitio para seguir la �mano�. El que lo haga ser� cobrado el primero o pagado el �ltimo, en su caso. El jugador que est� ausente de la mesa cuando le corresponda coger la �mano� perder� su plaza en beneficio del primer inscrito en la lista de espera.
El crupier anunciar�, de acuerdo con la mesa, si se juega libre o ateni�ndose a la tabla de reglas de tirada. La banca se adjudicar� inicialmente al jugador situado a la derecha del crupier sentado frente al departamento n�mero 1 y ser� rotatoria siguiendo el orden de numeraci�n de los departamentos.
Cualquier jugador, est� sentado o de pie, podr�, en cualquier pase de la banca, asociarse al banquero, si �ste lo acepta, poniendo a su disposici�n una cantidad determinada.
El asociado no podr� intervenir en ning�n momento en el juego y ganar� o perder� en las mismas condiciones que el banquero.
La banca podr� ser retenida por el jugador mientras gane, debiendo, en caso de p�rdida, ser cedida al jugador situado a su derecha. Lo mismo ocurrir� cuando la banca sea abandonada voluntariamente.
Si alguno de los jugadores no quiere coger la banca, �sta seguir� rotando por el orden establecido. En todo caso, el jugador que coge la banca habr� de hacerlo, por lo menos, con la misma cantidad que el que abandon� voluntariamente.
Si ning�n jugador sentado desea adquirir la banca, se ofrece a los que est�n de pie y, si nadie la adquiere, el jugador que cedi� la banca o pas� la �mano� puede volver a cogerla por la misma cantidad. La �mano� pasada adquirida por un solo jugador tiene preferencia sobre la adquirida en asociaci�n.
El banquero que pas� la �mano� puede asociarse con el jugador que la ha adquirido posteriormente. Cuando la banca no ha sido adquirida en el turno rotatorio, se subastar� y adjudicar� al mayor postor de entre los jugadores sentados y de pie, a excepci�n del banquero.
Los jugadores sentados s�lo tendr�n prioridad sobre los que se hallan de pie en caso de pujas iguales. Cuando alg�n jugador que est� de pie adquiere la banca toma la 'mano' , y la vuelve a pasar, aqu�lla se ofrece primero al jugador sentado a la derecha del �ltimo jugador sentado que tuviese la banca.
Cuando el jugador que adquiere la banca est� sentado al pasarla, �sta se ofrecer� primero al jugador sentado a su derecha. Una vez adjudicada la banca, el total que la forma puede ser aumentado por el jugador con relaci�n a la cantidad ofrecida, pero nunca disminuido. Si la banca adjudicada es superior a la banca anterior, el jugador que hab�a hecho banca antes de pasarle la �mano� tiene derecho a coger las cartas, aunque su apuesta sea inferior a la de otros jugadores, pero s�lo por una jugada.
El banquero que pasa la �mano�, as� como su asociado, no podr�n participar en la subasta de la �mano'que acaban de pasar, pero s� podr�n hacerlo cuando el nuevo banquero pase la �mano�, y as� sucesivamente.
Si ning�n jugador adquiri� la banca, �sta vuelve al jugador situado a la derecha del banquero que pas� la �mano�, quien deber� aceptarla por el m�nimo establecido en la mesa. Caso de no hacerlo, ceder� su plaza. Cuando el jugador que adquiri� una �mano� pasada pierde, el sabot vuelve al jugador sentado a la derecha del banquero que pas� la �mano�.
El jugador que adquiere la banca est� obligado a dar cartas por lo menos una vez. Si se niega, la banca se subastar�, pero no podr�n pujar por ella ni este jugador ni el anterior banquero si hubiera pasado la �mano�. Si en esta primera jugada hay igualdad de puntos, la banca puede ser cedida de acuerdo con las reglas generales.
El m�nimo del punto o m�nimo de las posturas, es decir, la cantidad m�nima para poder jugar como punto contra la banca, no ser� necesariamente id�ntico para las distintas mesas, ni podr� ser inferior en ning�n caso al m�nimo autorizado por la Subsecretar�a de la Conseller�a competente en materia de juego, que deber� aparecer ostensiblemente indicado en la mesa.
El m�ximo del punto o cantidad m�xima que puede exponer un jugador es aquella cantidad equivalente a la existente en la banca en cada jugada.
Cuando un jugador llega a dicha cantidad m�xima se dice que �hace banco�. El m�ximo de la banca deber� ser equivalente a cien veces el m�nimo autorizado para el punto, y el m�nimo de aqu�lla no podr� ser inferior al de �ste. Previa solicitud de los Casinos, podr� autorizarse el que la banca juegue sin m�ximo limitado.
La deducci�n en beneficio del establecimiento queda fijado en un 5 por sobre las cantidades ganadas por el banquero en cada jugada. Garage es la cantidad o conjunto de cantidades que el banquero excluye del juego, cuando se dan los casos o circunstancias siguientes:.
El banquero podr� excluir voluntariamente del juego la mitad de la banca en todos los pases a partir del segundo. Cuando no se cubra la banca en su totalidad, el banquero podr� instar al crupier a doblar la cantidad dentro de la Banca en esta jugada, pasando el resto a formar parte del garage.
Tambi�n podr� retirar la mitad de la banca resultante, si corresponde seg�n el p�rrafo anterior. Antes de iniciar la siguiente jugada el crupier pedir� al banquero si desea o no formar garage.
El valor del juego depende de los puntos adjudicados a cada carta, que son los que llevan inscritos, salvo el 10 y las figuras, que no tiene ning�n valor num�rico y el as, que vale un punto.
Se suma la puntuaci�n de las cartas y se desprecian las decenas, teniendo valor exclusivamente la cifra de las unidades. Ganar� aquel juego cuya puntuaci�n sea de nueve o est� m�s pr�xima a dicha cifra. En caso de empate, la jugada es considerada nula. El banquero reparte inicialmente y de forma alternativa dos cartas tapadas al jugador que se enfrenta con �l y se da a s� mismo dos cartas tapadas.
Si recibidas las dos primeras cartas, la puntuaci�n es de ocho o nueve, �stas ser�n descubiertas y se abate el juego, debiendo el contrario mostrar asimismo su juego. En los dem�s casos, el jugador que se enfrenta a la banca podr� solicitar una tercera carta o considerarse servido, lo que anunciar� utilizando los t�rminos �carta� y �no�, respectivamente.
La actuaci�n del jugador se atendr� a las reglas siguientes:. En el supuesto de que el jugador haga banco, no se le aplicar�n estas reglas y tendr� libertad para pedir carta o quedarse servido, siempre que lo autorice el director de Juegos antes de comenzar la partida.
A continuaci�n, el banquero podr� optar entre pedir carta o no hacerlo, excepto cuando tiene cero bacar� , en que es obligatorio solicitar una tercera carta.
A diferencia de las anteriores, la tercera carta se da siempre descubierta. El juego finaliza con el anuncio de la puntuaci�n de cada jugador, el descubrimiento de las cartas y el pago o retirada de las apuestas, su caso. Todo jugador puede solicitar al crupier aclaraciones sobre las reglas del juego, quien est� obligado a d�rselas.
Si el jugador tiene puntuaci�n de 5 y solicita consejo al crupier, �ste le har� plantarse. El banquero podr�, si lo desea, solicitar del crupier el cuadro de jugadas de la banca, en cuyo caso deber� ajustarse a lo en �l establecido. Una vez cubierta la banca, el banquero y cualquier jugador sentado o de pie podr� abonar apostar a favor de la banca una cantidad determinada, que dar� al crupier cuando diga: �abono la diferencia�; pero s�lo en este caso.
No se permite el abono en asociaci�n. Los abonos quedar�n afectados solamente en la jugada en la que se produzcan, sin obtener prioridad ni causando obligaci�n respecto a la jugada siguiente ni posterior, siempre dentro de los m�ximos y m�nimos autorizados para la salida inicial de la banca.
El n�mero de abonos permitido ser� un m�ximo de tres. Los casos no previstos se resolver�n por el inspector de la mesa. Es condici�n imprescindible para que el juego pueda dar comienzo, que haya en la mesa un m�nimo de cuatro jugadores, cifra que deber� mantenerse a lo largo de toda la partida.
Al principio de cada partida, el crupier, despu�s de mezclar las cartas, las ofrece a los jugadores, diciendo: �se�ores, las cartas pasan�. Cualquier jugador puede mezclar las cartas, que, a su vez, habr�n de mezclarse por �ltima vez por el crupier cuando le sean devueltas.
Hecho esto, ofrece las cartas al jugador situado a su izquierda, y as� sucesivamente, hasta que alguno de ellos corte el mazo. A continuaci�n se colocar� en el interior, antes de las siete cartas finales del mazo, una carta-bloqueo, o carta de detenci�n, de un color que permita diferenciarla de las dem�s.
La aparici�n de aquella carta determinar� el final de la partida y no se podr� realizar ninguna jugada m�s, salvo la que se est� llevando a cabo en el momento. Adjudicada la banca, el banquero anunciar� la cantidad puesta en juego, que ser� entregada en fichas al crupier, quien las colocar� sobre la mesa, a su izquierda.
Acto seguido, �ste anunciar� la suma, indicando a los jugadores que es la cifra m�xima que pueden jugar, para ello utilizar� la expresi�n 'hay euros en la banca�.
Si hay varios jugadores que quieren hacer banco, se seguir� el orden de las prioridades establecido en el apartado IV. El banco hecho por un solo jugador, incluso si est� de pie, tiene preferencia sobre el banco en asociaci�n.
Si ninguno de los jugadores, sentados o de pie, est� dispuesto a hacer banco, puede anunciarse banco parcial, con la expresi�n �banco con la mesa�, para lo cual la cantidad de la postura habr� de ser la mitad de la banca. A continuaci�n, el crupier invitar� al resto de los jugadores a completar con sus apuestas la suma en banca, hasta que con la voz �no van m�s apuestas� d� por finalizado el tiempo de apostar.
El jugador que ha anunciado �banco con la mesa� tiene derecho a coger las cartas, incluso si est� de pie, excepto cuando alguien dice la frase �con la mesa y �ltimo completo�, siendo el hecho de completar la otra mitad el que da prioridad.
El �banco con la mesa� es considerado un acto aislado y no da prioridad para la jugada siguiente, salvo que haya sido hecho solo. Cuando nadie hace banco, ni banco con la mesa, las cartas se dan al jugador sentado cuya apuesta sea m�s alta.
En caso de igualdad de apuestas, se estar� al orden general de prioridades entre los jugadores. Est� prohibido que un jugador sentado una su apuesta a la de otros jugadores, est�n de pie o sentados.
La petici�n de banco no tiene preferencia cuando las cartas han sido ya distribuidas, excepto cuando el jugador repite el banco, �banco seguido�, en cuyo caso puede hacerlo incluso despu�s de la distribuci�n de las cartas, siempre que otro jugador no las tenga ya en la mano. Tiene derecho a pedir banco seguido el jugador que hizo banco y perdi�.
Si en el caso de �banco seguido� el crupier da por error las cartas a otro jugador, �stas podr�n ser reclamadas si a�n no han sido vistas la carta es considerada vista cuando ha sido levantada del tapiz. Si la petici�n de banco seguido se produce despu�s de la distribuci�n y entrega de las cartas a otro jugador, �ste �ltimo tiene preferencia si ha tomado cartas y las ha visto.
Cuando habi�ndose anunciado correctamente banco seguido un jugador toma las cartas antes de que el crupier las d� al jugador que anunci� banco seguido, aqu�llas le ser�n retiradas, aunque hayan sido vistas, y se entregar�n al jugador al que corresponda.
Todo banco seguido abandonado puede ser recuperado en caso de igualdad de puntuaci�n entre el banquero y otro jugador o jugadores. Cuando nadie hace banco y s�lo un jugador apuesta contra la banca, �ste tendr� derecho al �banco seguido�.
Una vez realizadas las apuestas, y tras la voz del crupier �no van m�s apuestas�, el banquero extraer� las cartas del sabot y las distribuir� de una en una alternativamente, empezando por el jugador contrario. Las cartas ser�n trasladadas hasta �l por el crupier mediante la pala.
Queda formalmente prohibido al banquero distribuir las cartas antes de que el crupier haya anunciado �no van m�s apuestas�; sin embargo, podr� instar al crupier a que retire las posturas efectuadas despu�s de mencionada dicha frase.
Examinadas las cartas y solicitada, en su caso, una tercera, se proceder� a descubrir los respectivos juegos, pagando el crupier al ganador.
Si el triunfo ha correspondiendo al banquero, se efectuar� por el crupier la deducci�n correspondiente al pozo o cagnotte, y se introducir� su importe en la ranura destinada al efecto. Las ganancias del banquero pasar�n a formar parte de la banca, salvo si �ste decide excluir�as del juego, de acuerdo con lo previsto en el apartado V, en cuyo caso el crupier las colocar� sobre la mesa, a su derecha.
Cuando se hayan terminado las cartas de un sabot, el crupier proceder� a realizar las operaciones correspondientes de mezcla, corte e introducci�n del mazo en el sabot. El banquero que gana la �ltima jugada de una talla tiene derecho a seguir si�ndolo en la pr�xima, si ofrece una cantidad igual a la que constitu�a entonces la banca.
Est� prohibido extraer cartas del distribuidor antes haber finalizado el tiempo de las apuestas. Las cartas sacadas no podr�n en ning�n caso ser reintegradas al sabot, y el jugador que las sac� irregularmente est� obligado a seguir la jugada.
Si en su caso excepcional el jefe de mesa estima que no debe aplicar esta regla en todo su rigor, la carta o cartas sacadas habr�n de ser obligatoriamente desechadas y no podr�n ser utilizadas por el jugador que toma la �mano� pasada.
Toda carta que aparezca descubierta al ser extra�da del sabot se considerar� inservible y ser� retirada, sin que por ello puedan los jugadores disminuir o retirar sus apuestas. Si en el transcurso de la distribuci�n aparecen dos o m�s cartas pegadas entre s�, la jugada ser� anulada.
Cuando alguna carta caiga al suelo s�lo podr� ser recogida por el crupier o cualquier otro empleado del establecimiento, y conservar� su valor, reanud�ndose a continuaci�n la jugada. Si el crupier descubre accidentalmente alguna carta durante la distribuci�n, los jugadores habr�n de ajustarse a las reglas del juego de banquero y punto.
En el caso de que las dos cartas del punto sean descubiertas, el banquero habr� de atenerse a lo dispuesto en el cuadro de jugadas de la banca, debiendo pedir carta en los casos opcionales. Cualquier otra falta cometida por el crupier durante el reparto de las cartas anular� la jugada, siempre que no puede ser aqu�lla rectificada sin perjuicio para el banquero y el jugador.
En caso de que el crupier anuncie por error �carta� cuando el punto ha dicho �no�, la jugada se restablece conforme al cuadro. Si el banquero tiene 0,1, 2, 3, 4 � 5 y ya ha sacado una carta, �sta le es adjudicada; si ha sacado dos cartas, la primera de ellas se le adjudica y la segunda se desecha; si tiene 6 � 7, cualquier carta extra�da es desechada.
La extracci�n por parte del banquero de una quinta carta despu�s de haber dado dos al punto y haberse dado �l mismo dos, le obligar� a aceptarla para s� en el supuesto de que el punto no solicite una tercera carta.
Si el banquero, en la distribuci�n inicial, se da m�s de dos cartas, se considera que tiene una puntuaci�n de cero bacar� , aunque conserve su derecho a pedir otra carta. Cuando al dar la tercera carta el banquero da por error dos cartas al jugador contrario, se le adjudicar� aqu�lla de las dos con la que forme una puntuaci�n m�s alta.
Lo contrario ocurrir� cuando el banquero se d� a s� mismo dos cartas en vez de una. Si durante la distribuci�n de las dos primeras cartas del punto el banquero deja caer alguna en la cesta, se considera que el punto abate con 9.
Cuando esto ocurre con la tercera carta del punto, se considerar� que su puntuaci�n es de 9. El banquero tendr�, en este caso, derecho a una tercera carta, salvo si tiene 7. Si durante el reparto el banquero descubre la primera o la tercera carta, al ir ambas dirigidas al punto, aqu�l deber� descubrir su carta respectiva.
Cuando el banquero descubre por error las dos cartas dirigidas al contrario, adem�s de descubrir sus dos cartas, habr� de ajustar obligatoriamente su juego al cuadro de jugadas de la banca. El banquero ha de hablar siempre despu�s del punto.
Si abatiera antes de que �ste se hubiera pronunciado, los jugadores podr�n retirar sus apuestas. Cuando el banquero, teniendo 8 � 9, da u ofrece cartas, pierde su derecho a abatir.
La introducci�n por el banquero de alguna carta en la cesta antes de que haya sido vista de forma inequ�voca por el resto de los jugadores, llevar� aparejada la p�rdida de la jugada para el banquero.
No podr� efectuarse ninguna reclamaci�n contra el banquero cuando la jugada haya finalizado y las apuestas hayan sido cobradas o pagadas. Est� formalmente prohibido ver las cartas recibidas de forma lenta y tenerlas en la mano demasiado tiempo.
Cualquier jugador que emplee demasiado tiempo en anunciar su juego no podr� continuar teniendo las cartas. Excepto el crupier, nadie podr� dar consejos a los jugadores. Cuando se infrinja esta regla, se estar� a lo dispuesto en el cuadro de jugadas.
Si por error el punto dice �carta� en vez de �no�, o viceversa, el banquero tiene derecho a darle o negarle la carta, a menos que aqu�l tenga bacar�. En todo caso, el banquero habr� de pronunciarse antes de sacar la carta.
En el caso de que el punto se olvide de abatir en su momento, pierde este derecho; si ha pedido carta, la decisi�n la tomar� el banquero. El punto que teniendo 9 olvida abatir pierde la jugada si el banquero abate con 8. Cualquier otro error en el anuncio del juego por parte del punto ser� rectificado, desech�ndose, si procede, las cartas puestas en juego como consecuencia de dicho error.
Se exceptuar� de esta regla el jugador que hace banco, en cuyo caso habr� de sufrir las consecuencias de su error, salvo si tiene cero, bacar�, con sus dos primeras cartas, pudiendo entonces solicitar siempre una tercera carta.
Si el jugador arroja las cartas en la cesta antes de que hayan sido vistas, la jugada se le dar� por perdida. Las apuestas de los puntos deben estar situadas a descubierto encima de la mesa y deben ser vigiladas por ellos mismos.
Ninguna reclamaci�n podr� ser aceptada si esta regla ha sido incumplida. Cuando haya posturas colocadas sobre la raya, juegan la mitad; cualquier otro anuncio por parte del jugador obliga al crupier a proceder al cambio inmediato, sin que el jugador pueda oponerse.
Los casos no previstos en el presente ep�grafe del Cat�logo de Juegos ser�n sometidos a la apreciaci�n del jefe de la mesa, quien resolver�. El bacar� a dos pa�os es un juego de cartas de los denominados de c�rculo, que enfrenta a un jugador que es la banca con otros jugadores, pudiendo apostar contra aqu�l tanto los jugadores que se hallan sentados alrededor de la mesa de juego como los que est�n situados de pie detr�s de aqu�llos.
Recibe tambi�n el nombre de banca o banca francesa y puede revestir dos modalidades: Banca limitada y banca libre o abierta. En el primer caso, el banquero s�lo responder� por la cantidad, que situada sobre la mesa constituye la banca en cada momento. En la banca libre o banca abierta, su titular ha de responder frente a todas las posturas sin l�mite.
En la banca limitada existir� un l�mite o cifra m�xima para constituir la banca, independientemente de que durante el transcurso del juego el banquero supere con sus ganancias tal cantidad m�xima de adjudicaci�n. Se utilizar�n barajas de 52 cartas, de las denominadas francesas, sin �ndices, siendo obligatorio que sean siempre barajas a estrenar.
Ser�n necesarias seis barajas, tres de un color y tres de otro, tanto en la banca libre como en la limitada. Ser� ovalado, con un ligero corte o hendidura en uno de sus lados mayores, que indicar� la posici�n del crupier. Frente a �l se colocar� el banquero, que tendr� a su derecha el primer pa�o, formado por una serie de departamentos y numerados a partir del m�s cercano al banquero, que llevar� el n�mero 1; a su izquierda estar� el segundo pa�o, con el mismo n�mero de departamentos y numeraci�n correlativa, iniciada con el n�mero siguiente al �ltimo del primer pa�o, en el departamento situado m�s pr�ximo al banquero.
Adem�s, cada pa�o tendr� una superficie delimitada destinada a recoger las posturas que se quieren realizar sobre el otro pa�o. Lire la suite. Avez-vous déjà pensé à l'utiliser? Il existe, dans notre système juridique, des outils peu utilisés, qui peuvent se révéler très intéressants dans de nombreux cas.
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